VIERNES, 27 de junio y procedente de la isla de La Palma, embarcamos con rigurosa puntualidad, las 22.30 h., no así su salida del puerto de Santa Cruz de Tenerife que lo hizo pasada la media noche en el barco de bandera italiana, contratado por la compañía Trasmediterránea Acciona, el ALBAYZÍN, con Código IMO: 9304631. Nos alojamos en un camarote confortable, con aire acondicionado, que pueden ser ocupados hasta por “4” pasajeros, con baño y vista exterior. Tras un paseo por cubierta contemplando un Santa Cruz poco iluminado y tranquilo, observamos cómo nos íbamos alejando de la costa y sobre la dos de la mañana nos acostamos.

SÁBADO, 28. Llegamos a Las Palmas de Gran Canaria sobre las 07:30 h., donde aprovechamos parar sacar fotos de bastantes barcos que se encontraban atracados en el Puerto de La Luz y de Las Palmas. Después de desayunar a base de café con leche, pan, mantequilla, mermelada, bollería y zumo, pudimos desembarcar y disfrutar por algunas horas en Las Palmas; unos se fueron al parque de Santa Catalina y Playa de Las Canteras y nosotros nos fuimos al barrio de Vegueta, donde observamos el cuidado y la conservación de la zona. Pudimos comprar en una librería muy cerca de la catedral, un libro agotado, “Socorro, tengo un hijo adolescente”. Tras pasear por la calle Triana y alrededores, descansamos en la Plaza de San Telmo para tomar unas cervecitas y leer el periódico. Posteriormente, tomamos la guagua que nos llevaría al puerto y nuevamente al barco. A las 14:00 horas, el capitán pone rumbo a Fuerteventura, aprovechando desde la cubierta para sacar más fotos. Da gusto ver un puerto con tantos barcos y tan animado; A continuación nos dirigimos al restaurante para almorzar, donde pudimos elegir junto con la ensalada, dos platos, de tres primeros y tres segundos, pan, agua y postre.  A las 19:30 horas y tras atravesar toda la costa de Fuerteventura, se llega a Puerto del Rosario, donde, tras hacer una breve parada para hacer la oportuna carga y descarga, el Albayzín se dirige a Lanzarote, donde llegamos sobre las 23:00 al puerto de Arrecife; tampoco podemos bajar al ser otra breve escala de carga, hasta que, pasada la medianoche, abandonamos definitivamente las Islas Canarias para adentrarnos en alta mar con rumbo a Cádiz. Cena, bingo, y discoteca terminan el día con el descanso en los camarotes; unos 50 pasajeros viajan acomodados en las butacas, algunos con bastante desorden.

DOMINGO, 29. Todo el día de navegación, a la espera de llegar a la península: el mar es un plato; dedicamos el día para leer, coger sol en el helipuerto, acompañado de unos buenos “manguerazos” de agua para refrescarnos, los pequeños disfrutan de algunos juegos realizados por los dos monitores de animación, contratados por la compañía durante todo el verano,  o en su parque infantil, y los aficionados a los barcos, observamos el cruce de otros barcos que vienen y van del  estrecho de Gibraltar, aprovechando para sacarles fotos a los que pasan cerca de nuestro barco. Por la tarde, los que hemos hecho amistades, jugamos a la baraja, al backgammon y al dominó. Aquellos que tenían mascotas, las paseaban en las zonas acondicionadas para ellas. Muchos aficionados al futbol, al no clasificarse España, se conformaban con cualquier partido de los octavos de final programados por la tele.

LUNES, 30. Terminamos de desayunar y una vez que recogimos todo el camarote, subimos a cubierta para observar la maniobra de atraque en el puerto de Cádiz, la subida del práctico a bordo. Sobre las 10:30 quedó atracado en el muelle. Tras dejar las tarjetas en recepción, cogimos el coche para abandonar el barco; yo fui de los últimos en dejar el Albayzin, pues cogí la manguera para darle un buen chapuzón al coche, que había estado los casi tres días en la cubierta 6, a la intemperie. Desde la cubierta, observamos atracados el crucero a vela, el Club Meid 2 y el Super Fast Baleares, las Golondrinas que pasean a los turistas por la Bahía y llegando, el oceanográfico Ángeles Alvariño. Para finales de Agosto, la vuelta.

MARTES, 26 de Agosto, comienza nuestro regreso a Tenerife sacando las tarjetas de embarque en la terminal del puerto de Cádiz sobre las 12:00 horas, para posteriormente ir a comer pescadito frito, muy cerca del mercado. Sobre las 3 de la tarde regresamos al muelle para embarcar. La salida fue con tres cuartos de hora de retraso: El barco iba hasta los topes, con muchas familias de regreso de sus vacaciones, bastantes coches y no menos carga; debieron adelantar el embarque una hora antes. A medida que abandonábamos la bahía, observábamos y aprovechamos para sacarle fotos a los barcos: Katerina, Trident Challenger, el Guardamar María Zambrano, el Fulmar de la Agencia Tributaria y nos cruzamos con el SCL Margrit . Mar en calma y la mayoría de los pasajeros, utilizaron los móviles y demás aparatos, para enviar correos y whattsaps a familiares y amigos, pues había una buena conexión WI FI. Otros jugaron al parchis, barajas y demás hasta la hora de cenar. Los pequeños estuvieron distraídos con dos animadoras, que la compañía contrató para este mes de agosto. Después de cenar, jugamos un bingo y a descansar, ya que nos habíamos hecho casi unos 800 km. en los dos últimos días, desde Albacete.

MIÉRCOLES, 27. Como el domingo de la ida, día de navegación, hasta pasada las 10 de la noche, hora de llegada a Lanzarote. El mar, afortunadamente para los adictos a la biodramina, ha sido una maravilla y no nos hemos enterado de que íbamos en un barco, parecía que estaba atracado: No se ha movido nada; durante el día y para que pasara lo más distraídamente posible, los pasajeros lo dedicaron a muchas cosas: lectura, tomar sol, juegos de cartas, dominó, backgammon. A los pequeños, los disfrazaron de piratas, y después, a jugar a “las pistas”. En el parque infantil había “over bucking”; cantidad de niños disfrutando del viaje con películas de dibujos. Por la tarde, los que tenía perros, pues a pasearlos y darles de comer y beber. Algunos vieron la etapa de la Vuelta Ciclista a España. Yo lo dediqué a clasificar las fotos de los barcos sacadas en Málaga, Bilbao, Porthmouth, Dóver, Calais, Valencia y Cádiz. En Arrecife estuvimos dos horas, el tiempo de la descarga y la carga, y zarpamos para Gran Canaria, navegando toda la noche.

JUEVES, 28.  Llegamos a Las Palmas de Gran Canaria sobre las 7:30 h., donde aprovechamos parar sacar fotos de bastantes barcos que se encontraban atracados en el Puerto de La Luz. Después de desayunar los de costumbre, desembarcamos y paseamos de nuevo por Las Palmas y tomarnos un aperitivo. Sobre las 13:30, partimos para Tenerife donde llegamos con rigurosa puntualidad a las 5 de la tarde. Desgraciadamente, una bahía desoladora y nada animada para ser viernes, con los remolcadores de turno, el conocidísimo Correillo La Palma atracado en el muelle Norte y solamente un barco de carga, en el muelle Sur, el “Saint George”, en el muelle Ribera estaba en reparación el Catamarán “Alborán”, y en el de contenedores, el “Verónica “B”. El desembarco fue muy rápido y el control de la policía también. El barco zarparía a las once de la noche para La Palma y regreso de nuevo el viernes para comenzar de nuevo.

En resumen: Un viaje de Ida y vuelta maravilloso, con una mar súper en calma en los dos trayectos, mejor ambiente y con la finalidad de poder transportar nuestro coche a la península. El Albayzín, no es un crucero, pero para los que no somos exigentes y simplemente queremos viajar económicamente y sin prisas, es muy útil y encima puedes llevar todo el peso que puedas en el coche. Te acomodas en camarote con pensión completa y a esperar a tu destino. Y una observación a la compañía: Aquellas personas que no utilicen camarote, pues que hagan uso de sus butacas y de la forma más ordenadas posibles: No pueden estar muchas personas, “tiradas” en las zonas de estar, utilizando los sofás como “camas”, dando una imagen de abandono y suciedad, no pudiendo ser utilizadas por el resto para charlas o juegos. En ese caso, que sólo se vendan camarotes.

El Albayzin, es un barco de 26.400 toneladas brutas, tiene un tamaño de 186 x 25,60 m y 6,63 m de calado máximo. Está propulsado por dos motores MAN-Burmeister & Wain 9L48/60, con una potencia de 14.674 caballos que le permite mantener una velocidad de crucero de 22 nudos, llegando a una máxima de 24 nudos. Fue construido en los astilleros Francesco Visentini & Co., factoría de Donada (Sicilia), en el año 2004, con el nombre de Golfo degli Angeli y posteriormente, en el año 2007, pasó a llamarse María Grazia On.