Ya está en poder de Santa Cruz de Tenerife, mi Puerto, “EL HERALDO DE VEGUETA”, en su edición nº 10, periódico semanal cultural de Las Palmas de Gran Canaria, con su portada titulada “ECOMUSEO PANCHITO,” (Ubicado en Camino de La Picota nº 11, La Atalaya, en Santa Brígida, y nosotros añadimos a esta noticia, información del “CHARCO AZUL” en la Isla de El Hierro, como consecuencia de la publicación de la fotografía de “El Visor” de D. Alberto Suárez, en este mismo periódico. Al final de esta noticia que publicamos en la sección de OTROS PUERTOS, y que sirve de recordatorio,  que ya salió publicado y puntualmente, como todos los lunes, nosotros añadimos con muchísimo cariño, la correspondiente edición.

“Ecomuseo Panchito”, Dª. Claudia J. Díaz Gronlier y “La Chica de Ayer. La Reina Canaria”, Dª. Nereida Rodríguez Hdez.

Los artículos de la presente edición son los siguientes, con sus autores correspondientes: “Ecomuseo Panchito” (TITULAR), Dª. Claudia J. Díaz Gronlier; “La Chica de Ayer.- La Reina Canaria”, Dª. Nereida Rodríguez Hernández; “Callejeando por la Ciudad.- Calle Reyes Católicos, antes de los Reyes”, D. Francisco Cárdenes Acosta; “Todo bajo control”, CJ Nieto; “El Visor.- El Charco Azul – El Hierro”, D. Alberto Suárez; “Curioso, Curioso, cara de oso”, Sección Infantil (Un viejo compañero de caminos), Samy Bayala; “El Zapato y la Alpargata”, (poesía de M. Alonso) y “La pluma indiscreta”, Dª. Ángela Vicario. Además nosotros añadimos, algunos aspectos de esta publicación y fotografías.

“Callejeando por la Ciudad.- Calle Reyes Católicos, antes de los Reyes”, D. Francisco Cárdenes Acosta

EL ZAPATO Y LA ALPARGATA

(Poesía de M. Alonso)

Un zapato presumía

ante una vieja alpargata:

yo siempre salgo a la calle

tú siempre en casa y en bata.

Voy de fiestas y banquetes

todo el mundo me desea,

con tacón o sin tacón

por la calle me pasean.

Pero al llegar a la casa

dice ufana la alpargata

todo el mundo te rechaza

y alegres en mí descansan.

Pieza realizada por la ceramista Dª. Claudia J. Díaz Gronlier, siguiendo la técnica de la alfarería tradicional canaria.

Quiero comentarle a los lectores de EL HERLADO DE VEGUETA y de Santa Cruz de Tenerife, mi Puerto que, ambos medios de información, tuvieron un encuentro el pasado lunes día 1 de este mes de junio, en la emisora de Radio Muelle, en el dial 106.1 de Santa Cruz, donde charlamos en un corto tiempo, porque un servidor, que conduce el programa, quería que entrara en antena, D. Eduardo Reguera, no sólo por la amistad que nos une, cultura y conocimientos que trasmite el periódico de Las Palmas de Gran Canaria que dirige, sino también en agradecimiento por la estrecha colaboración existente entre dichos medios, donde comentamos, “Un hombre de mar”, una de las Retrografías, anotaciones de un viajero en el tiempo y que pueden leer junto con el resto de las publicadas en www.retrografias.com

EL “CHARCO AZUL”, EN EL HIERRO - CondéNast TRAVELER, Natalia Barreto

“El Visor” de D. Alberto Suárez, “Últimos rayos de sol del día en El Charco Azul”

Parece diseñado a propósito, hecho a medida en una hoja de papel para que después, la mano del hombre levantase tal escultura. Pero no, la madre naturaleza crea las mayores maravillas y no hace falta marcharse de España para descubrir un rincón que te dejará boquiabierto. Hablamos del CHARCO AZUL en la isla de El Hierro, hasta ahora la más pequeña de las Canarias, (ya que ahora tenemos "octava isla"). Es una de las zonas de baño más espectaculares de la isla, que carece de playas pero ofrece una amplia carta de piscinas naturales únicas. Aquí el mar es bastante bravo, pero gracias a la forma que la lava dejó al llegar a la costa (cuando se creó la isla, hace unos 100 millones de años) y después de la incansable erosión de las incesantes olas, se ha creado esta preciosa piscina natural (o charco) que permite darse baños relajados en aguas turquesa.

EL ACCESO Y EXTERIOR A "EL CHARCO AZUL"

Y de banda sonora, el envolvente sonido del mar de fondo. El CHARCO AZUL  se encuentra en El Golfo, pueblo situado en un valle escarpado, construido por las caprichosas formas del correr de la lava solidificada. Acceder a esta piscina natural es sencillo y además, podrás disfrutar de sus instalaciones (un solárium perfectamente diseñado para tomar el sol en los aledaños del Charco). Los más atrevidos podrán lanzarse al agua desde diferentes alturas sin peligro alguno. Para llegar a este lugar único hay que seguir la carretera desde Tigaday (casco urbano de La Frontera), hasta Los Llanillos, y desde aquí tomar dirección hacia la costa (se aprecia muy fácilmente).

EL "CHARCO AZUL" (ISLA DE EL HIERRO - CANARIAS)

Una vez aparcado el coche, comienza la aventura (fuera de todo peligro) y que merece mucho la pena. El descenso se hace por una escalera pegada al acantilado hasta la orilla del mar. La zona de baño más espectacular se encuentra en una pequeña gruta de poco más de 10 metros de largo por seis de ancho. Aunque hemos de advertir que aquí no hay servicios, se accede de manera natural, pero es un imprescindible si quieres llegar al verdadero corazón del CHARCO AZUL. Al lado de la cueva ‘submarina’ se ha habilitado otro charcón a cielo abierto, más adaptado y acomodado.

EXTERIORES HACIA EL MAR DEL CHARCO

Por supuesto no se nos olvida llenar el estómago. Lo que suelen hacer los herreños es bajarse a pasar el día en el Charco con una buena tortilla, refrescos y algo de picar. Si te apetece ser uno más de la zona pásate por el Caserío de los Llanillos, donde encontrarás una tienda pequeña de pueblo en la que aprovisionarte para pasar el día en el CHARCO AZUL  sin pasar hambre. Si eres de los que prefiere sentarse a la mesa y degustar buenos platos, te recomendamos el restaurante Asador Artero (Calle Artero, 20) en el pueblo de Tigaday a unos cinco minutos en coche del CHARCO AZUL. Como buen asador, El Solomillo (mejor a la pimienta), con unas papas arrugás y mojo, es el plato estrella. También ofrecen una gran variedad de vinos autóctonos.

Es un lugar hecho para desconectar y apreciar lo que te rodea, pero si quieres puedes llevarte tus gafas de buceo para hacer esnórquel. Al no ser mar abierto, tampoco encontrarás muchas especies ya que el agua se renueva constantemente, pero sí alguna “lapa, lisa o pejeverde”te dará la bienvenida en el Charco. Y así es esta obra que parece llevar el nombre de D. César Manrique pero que está firmada por los caprichos de la naturaleza. Un lugar donde ni el mismísimo Narciso al mirarse en el reflejo del agua, podría decir que es más hermoso que este charco.

El Heraldo de Vegueta 10