Desde hace unos años, los grandes petroleros que arriban a Santa Cruz de Tenerife con cargamentos de crudo para la refinería de CEPSA fondean en el campo de boyas de La Hondura. Allí, casi al filo de la ola, por el oleoducto submarino descargan los cargamentos de petróleo crudo que llenan sus tanques. Durante años y años, los petroleros con carga de crudo, y los que llegaban luego a cargar refinado, fueron estampas habituales del Muelle Sur y, así, cargada de años y recuerdos, hoy nos haga la estampa marinera del «OLEANDER», el petrolero británico que señaló el comienzo de las actividades de la CEPSA y, al propio tiempo, de nueva estampa en las del puerto de la capital tinerfeña. El 1 de noviembre de 1930 fue jornada de bastante tráfico portuario y, al mismo tiempo, fecha que figura como un hito en la historia, siempre buena historia, del puerto de Santa Cruz de Tenerife, de la Isla toda y, desde luego, de la entonces nueva Compañía Española de Petróleos.

En la costa sur de la ciudad, la refinería de la CEPSA crecía y crecía y, con la misma rapidez, en la Avenida Marítima y Muelle Sur se procedía a la finalización del tendido de la tubería para la conducción del crudo hasta las modernas instalaciones. En la fecha citada, en el Muelle Sur se encontraban atracados los fruteros noruegos «SAN JOSÉ» y «SARDINA», ambos bajo la contraseña de la Fred Olsen Line, el inglés «ALONDRA», uno de los «tres palos» de la Yeoward Brothers, el francés «ARIADNE», en viaje de Dakar a Burdeos, y el sueco «MAJA», con carga de madera consignada a don Pedro Duque. Frente a la playa de San Antonio, en fondeo y amarrado a una boya, el vapor «TOURS», de bandera francesa, dejaba resbalar por las planchas el buen carbón Cardiff que abarrotaba sus bodegas hacia las gabarras de Hamilton abarloadas a banda y banda

REFINERÍA DE PETROLEOS DE SANTA CRUZ DE TENERIFE

Con buen festón de defensas, las gabarras, siempre envueltas en tenues nubes de negro polvillo, eran atendidas por los remolcadores «TENERIFE» y «BRITANNIA» que, en el rojo de las chimeneas con zuncho negro, lucían en blanco la H de sus armadores. Al amanecer del citado día 1, procedente de Cádiz arribó el «ROMEU», vapor histórico en el puerto de Santa Cruz, arribó el holandés «REGGESTROOM» —en viaje con Conakry a El Havre, y, tras él, dio fondo el frutero noruego «SAN MATEO», de la Fred Olsen Line. Aquel día, correíllos y fruteros el cabotaje, «LA PALMA», «LEÓN Y CASTILLO», «FUERTEVENTURA», «HIERRO», «AMIR», «GADIR», «SAN ISIDRO», «COLÓN» y «SANCHO II», entonces completaron la estampa mañanera y marinera del puerto de Santa Cruz de Tenerife.

CORREILLOS "LA PALMA" Y "LEÓN Y CASTILLO

Mientras, por el Sur aparecía la silueta marinera del petrolero «OLEANDER», de trasera chimenea que, con el primer cargamento de crudo destinado a la moderna refinería de CEPSA, venía arrumbando a nuestro puerto. Antes de que el «OLEANDER» tomase práctico, lo hizo el trasatlántico belga «thysville», de la Compagnie Maritime Belge, que, con pasajeros, correspondencia y carga, al mando del capitán Hairemans navegaba de Matadi y Boma a Lisboa y Amberes. El «LINER» belga quedó fondeado en la dársena para rellenar carboneras y refrescar la aguada mientras, en las falúas de la empresa Camacho, los pasajeros y tripulación franca venían a la tierra para, tras desembarcar por la marquesina, recorrer la ciudad y zonas cercanas.

SANCHO II

EL PETROLERO «OLEANDER»: Mientras, en el «avante poca» de las entradas, el «OLEANDER», ya con práctico a su bordo, puso proa a la bocana del puerto y, una vez dio fondo y borneó, quedó atracado en el Muelle Sur. Venía el «OLEANDER» al mando del capitán Frost, de la Reserva Naval, y, desde Aruba, traía en sus tanques las primeras 7.750 toneladas de crudo destinadas a ser refinadas en las instalaciones de la Compañía Española de Petróleos. El «OLEANDER», con una dotación de 47 hombres, venía consignado a la firma Depósitos de Carbones de Tenerife S.A., filial de una empresa alemana y, atracado en el Muelle Sur, bien mostró la estampa marinera que refleja la imagen. Mientras el «OLEANDER» borneaba para quedar atracado en el Muelle Sur, tras punta Anaga apareció la silueta gallarda y blanca de velas abiertas de la goleta de tres palos «HORISONTE», de bandera portuguesa.

Con la limosna de la brisa en sus velas, la «HORISONTE» venía desde Lisboa, al mando del capitán Azebedo, y tras su escala en Funchal había seguido a nuestro puerto con carga de gasolina en latas destinadas al consumo de la entonces pequeña flota automovilística tinerfeña. El «OLEANDER», estuvo atracado en el muelle Sur hasta el día 9 y, ya en lastre, fue despachado para el puerto antillano de procedencia. Desde dicho puerto holandés, Aruba, el 15 de marzo del año siguiente volvió a Santa Cruz de Tenerife, con otro cargamento de crudo venezolano, destinado a la refinería de CEPSA. Faenas de descarga en el muelle Sur, y ya vacío, y en lastre, el fue despachado el día 21para el puerto rumano de Constanza, desde el cual, en petrolero de dicha nacionalidad italiana, también llegaban cargamentos de crudo. para la refinería de CEPSA.

En la fecha citada, finalizó para siempre la conexión del petrolero «OLEANDER», con el puerto de Santa Cruz de Tenerife, en cuyo Muelle Sur atracó aquel histórico 1 de noviembre de1930. Aquel día se trabajaba, precisamente, en el tendido de los últimos metros de la tubería necesaria para la descarga del cargamento de petróleo crudo que traía en sus tanques. El «OLEANDER», petrolero que dejó su nombre en la pequeña y gran historia del puerto de Santa Cruz de Tenerife, era producto del artesanal de Pembroke, en una de cuyas gradas, fue botado en 1921. Gemelo del «OLNA», que nació a la mar en la arsenal de Devonport, el «OLEANDER», era de 10.000 toneladas; con 131 metros de eslora y 17,37 de manga, con una máquina alternativa triple, que tomaba vapor de calderas escocesas, con 3.250 Hp sobre una hélice, alcanzaba media de 11 nudos.

PETROLERO «OLYNTHUS»

Estos dos petroleros «OLEANDER» y «OLNA» fueron construidos para la Royal Navy que, con anterioridad, había adquirido a la entonces Anglo Iranian, hoy BP, los «British Beacon», «British Lantern» y «British Star», que pasaron a la marina con los nuevos nombres de «OLCADES», «OLIGARCH» y «OLYNTHUS». Cuando el «OLEANDER» arribó por vez primera al puerto santacrucero, lo hizo con el casco pintado de negro, fondos de rojo y chimenea y superestructuras de ocre. Como nota de elegancia, entonces era moda, el puente de mando estaba barnizado de color caoba, estampa marinera que bien conservó hasta que en 1939 el ronco estampido de los cañones, llamó a la guerra de Europa y, luego a todos los continentes. Fue entonces cuan el «OLEANDER», vistió de gris y triste sayal de la guerra y, debidamente artillado, para la defensa antiaérea, se preparó para participar en la lucha.

CRUCERO DE BATALLA «RENOW»

Cuando las tropas alemanas desembarcaron en Noruega y una vez, la fuerza naval anglo francesa arrumbó a Narvik, el «OLEANDER», antiguo petrolero ligado al puerto de Santa Cruz, se hizo a la mar proa al puerto de Huntad, se comunica con el fiord de Ofot, en la cual Narvik se abre con sus instalaciones portuarias a los mineraleros que llegan a cargar los productos de las minas suecas de Kiruna. El «OLEANDER» quedó integrado en la fuerza naval compuesta el crucero de batalla «RENOW» insignia del vicealmirante WithWort, los destructores del capitán del navío Warburton-Lee, tres transportes de tropas y material, un buque-taller y un calaredes. Posteriormente, el vicealmirante WithWort cambió su insignia al acorazado «WARSPITE» y, en el fierd de Herjangs el hidro «SWORDFISH» catapultado por el citado «battle ship», descubrió los destructores alemanes «KINNE», «KOELLNERR» y «ROEDER», que cubrían la entrada al puerto de Narvik.

DESTRUCTORES "ROEDER" Y "ARDENT"

Luego, el mismo hidro, atacó y hundió con bombas al submarino «U-64», que fue el primero de su tipo, hundido por un avión durante la guerra. El «OLEANDER» quedó basado en el puerto de Harstad, al norte de Narvick , mientras en los fiordos próximos al últimamente citado, los destructores alemanes e ingleses lucharon y lucharon. Por los fiordos de Ofot, Harjangs y Rombaks, los cascos destrozados de los destructores de una y otra nacionalidad, «HUNTER», «HARRY», THIELE», «GIESE», etc., jalonaron el desarrollo de la dura batalla. Allí, en aguas de Narvik, el capitán de navió Warburton-Lee ganó, a título póstumo al caer en el puente de «Hardy», la primera de las «Victoria Cross» otorgada en la Segunda Guerra Mundial. En Harstad, el «OLEANDER» Continuó suministrando combustible a los busques de la Royal Navy, que operaban en aguas noruegas. De continuo era bombardeado por la Luftwaffe alemana y, el 26 de mayo, fue el calaredes «LOCH SHIN», fondeado en sus inmediaciones, pero las llamas fueron sofocadas por la dotación, si bien el «OLEANDER», quedó gravemente averiado e incapaz de dar avante y navegar.

PORTAVIONES "GLORIUS" Y DESTRUCTOR "ACASTA"

La dotación hizo todo lo posible e imposible para reparar al «OLEANDER», pero, pese a sus esfuerzos no lograron cerrar las vías de agua ni disminuir la inundación que —de manera lenta pero segura, hacía que su hundimiento fuese completamente inevitable. El siguiente 8 de junio, y ante la imposibilidad de que el «OLEANDER» se mantuviese a flote, fue remolcado a la costa. Alí quedó varado y, una vez abandonado por su dotación, se hicieron explotar las cargas explosivas previamente colocadas en tanques y dobles fondos. Así, destrozado y prácticamente insalvables, el «OLEANDER» terminó su vida marinera. Velando sobre las aguas, parte del casco del «OLEANDER» con los palos y chimenea quedaron cuando, en los primeros días de junio, los buques de la Royal Navy y los de la Armada francesa se retiraron acompañando a los transportes de tropas y material. 25.000 soldados aliados regresaron a Escocia pero, en el viaje de regreso, nuevas víctimas de las fuerzas navales germanas, portaviones «GLORIUS», destructores y “ACASTA” y “ARDENT”, transporte «ORAMA», que había estado en Santa Cruz el 6 de julio de 1935, se fueron a la mar para siempre.

Terminada la Guerra cuando los altos hornos del mundo ya en paz, relativa paz, claro, demandaban chatarra para la industria siderúrgica, a los restos del «OLEANDER» se les corrió a soplete y, entre chisporroteos casi verbeneros, desapareció para siempre la estampa marinera del petrolero que trajo a Santa Cruz de Tenerife el primer cargamento de crudo refinado por CEPSA. En aquella lejana histórica fecha, fueron 7.750 las toneladas de crudo descargadas por el oleoducto recién instalado en el Muelle Sur pasaron años y años, y con los primeros superpetroleros tras la Segunda Guerra Mundial, «CREDO», «BRITISH TALENT»,«SINCLAIR PETROLERE», «UNIVERSE ADMIRAB» «AL MALIK SAUD AL AWAL», etc., el francés «PIERRE GUILLAUMAT», de 555.051 toneladas, que frente a San Andrés en 1981 suministró, a través Ciudad Rodrigo» de Cepsa, 12000 toneladas de combustible para su consumo en viaje de ida, en lastre, rumbo al Pérsico.

SUPERPETROLERO «AL MALIK SAUD AL AWAL»

Próximo sábado día 25 de Junio, se publica el capítulo 22: LA NUEVA ESCALA DE LA FRAGATA "DANMARK", COINCIDIRÁ CON LA CELEBRACIÓN DE LA REGATA PLYMOUTH-TENERIFE. Por Juan A. Padrón Albornoz 11-08-1978