Como todos los lunes nos llegó, esta vez al ferry “CIUDAD DE PALMA”, cuando estamos  llegando a Cádiz, el periódico semanal cultural de Las Palmas de Gran Canaria “EL HERALDO DE VEGUETA”, en su edición nº 13, , que dirige D. Eduardo Reguera, con su portada titulada “OTROS HERALDOS” de D. Luis Regueira Benítez y que, al leer el mismo, observamos que en esta ocasión, tampoco había algún tema marítimo, pesquero y/o portuario, línea editorial de Santa cruz de Tenerife, mi Puerto, por lo que hemos añadimos una noticia, de las RETROGRAFÍAS, la publicada el pasado 23 de septiembre de 2019, titulado “EL RASCACIELOS DEL MUELLE GRANDE”, del propio Sr. Reguera.

A los dos artículos antes mencionados en la presente edición, hay que señalar los siguientes, con sus autores correspondientes: “Silvestre de Balboa, de escribano a fundador de la literatura cubana: Bayamo, Puerto Príncipe y Espejo de paciencia”, D. José Antonio Quintana García; “Las guaguas.- Paco el Paisa”, D. Luis Cabrera Hernández;  “La pluma indiscreta”, Dª. Belkys Rodríguez Blanco (bajo el seudónimo de Ángela Vicario); “El Visor.-“ Sendero del Cubo de la Galga: el esplendor de la laurisilva. Puntallana (La Palma).”, D. Alberto Suárez; “El Tintero: Sí Agustín”, Dª. Marie Yuset y “La Chica de Ayer.- La Esperanza de la vida”, Dª. Nereida Rodríguez Hernández. que añadimos íntegramente a continuación:

“Silvestre de Balboa, de escribano a fundador de la literatura cubana: Bayamo, D. José Antonio Quintana García;

LA ENSEÑANZA DE LA VIDA por Nereida Rodríguez Hdez.

Cuando sientes que no perteneces a esta época y que cualquier tiempo pa­sado no conocido ni vivido es parte de ti, hay una extraña sensación que se apodera de tu mente y te hace estar la mayoría de las veces en otro lugar. Encontrar entre las páginas de un viejo libro la fotografía de mi pa­dre Francisco con su hermano Ber­nardo en la escuela en los años 40, es uno de esos momentos en los que las emociones viajan muy lejos en un solo segundo. El mapa que sobresale tras ellos recuerda que el mundo ha cambiado tanto a nuestro alrededor... las transformaciones políticas ya no enseñan una Unión Soviética sino una Rusia, las guerras mundiales han va­riado territorios y también han dejado en la memoria muchos instantes para el olvido. Hoy conocemos la educa­ción en una ordenada estructura por cursos escolares donde cada edad lleva consigo una formación, pero décadas atrás los niños que tenían la suerte de poder acudir al colegio estaban todos juntos en un aula y con un mismo maestro que enseñaba las materias bá­sicas.

Tal maestro ejercía casi como un sacerdote que estaba al servicio de la religión y la patria, existía una impo­sición de buena conducta por parte del estado, que era precisa para el acceso a los estudios de magisterio y para la posterior función docente. La pos­guerra en Canarias definió por tanto, como en el resto del estado, una es­cuela franquista orientada al patriotis­mo, la cultura religiosa y la moralidad. También la simbología y la educación autoritaria de rasgos fascistas fueron parte del sistema hasta la muerte del dictador. Las pocas plazas y el absen­tismo de la escuela pública fue uno de los grandes problemas del régimen, muchos niños debían colaborar en las actividades agrícolas ya que la mano de obra se hacía fundamental en la desamparada economía familiar isleña. El transcurso de los años ha dejado atrás aquella dura disciplina, dando paso a la democracia y la libertad, que hoy nos otorga unos derechos fun­damentales y nos permite elegir. Y aunque no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor, estoy segura que las vivencias que marcaron el crecimiento de nuestros padres y abuelos les dio el mejor de los aprendizajes, el de la vida.

No sabemos cuándo saldrá el comentario con publicación de esta 13 edición del “EL HERALDO DE VEGUETA”, pues al estar embarcado y con poca cobertura, no podemos encontrar fotografías relacionadas con los temas, especialmente, la Enseñanza de la Vida y el Rescacielos del Muelle Grande. Lo intentaremos dejar publicado cuando el CIUDAD DE PALMA, esté en Arrecife de Lanzarote o llegando a Puerto del Rosario. Otro inconveniente, es que no nos dejaron bajar en el puerto de La Luz, con lo cual no hubo ni baño en La Playa de Las Canteras, ni le pude entregar el “pen drive” con las fotos de la visita a la Casa Museo Sr. Jürgen Flick en Tamaraceite, será a la vuelta.

“Las guaguas.- Paco el Paisa”, D. Luis Cabrera Hernández y  “La pluma indiscreta”, Dª. Ángela Vicario

Finalmente a todos los lectores: ¡¡EL HERALDO DE VEGUETA TE BUSCA!!  Recordarles todos los contactos: elheraldodevegueta@outlook.com, (donde te puedes suscribir para recibir este periódico cultura, o para enviar cualquier artículo, comentario, fotografía, …), www.retrografias.com, y  www.santacruzmipuerto.com e indicarles que, al final de esta información, podrán abrir por completo esta edición número 13

 EL RASCACIELOS DEL MUELLE GRANDE.- Eduardo Reguera, 23 de septiembre de 2019

En el extremo norte de Las Palmas, ostentando los números 217 y 219 de la calle La Naval, se levanta un edificio de aspecto algo descuidado que mira hacia la Plaza Manuel Becerra y que presenta un rótulo en lo alto que reza “Nuevo Miramar”. ¿Cuál es su historia? Viendo su diseño relativamente moderno podríamos pensar que el edificio tiene tres o cuatro décadas, pero sus líneas racionalistas nos llevan a  principios de 1935, época en las que fueron instaladas también las letras que vemos bajo el voladizo, y cuya factura es obra de los arquitectos D. Nicolás Acosta y D. Juan Robaina. SUS CUATRO PLANTAS PRONTO LE VALIERON EL CALIFICATIVO DE “RASCACIELOS”. Cuando fue construido, la Plaza Manuel Becerra era conocida como la Explanada del Muelle Grande, y sus CUATRO PLANTAS pronto le valieron el calificativo de “RASCACIELOS”, por ser el edificio más alto de la zona. El “Nuevo Miramar” era un Bar Restaurant propiedad de cinco hermanos, los hermanos Rodríguez.

RASCACIELOS DE HOY EN LAS PALMAS 

Cada uno de ellos desempeñaba una especialidad. D. Pablo era el mozo de comedor, y destacaba por su simpatía. D. Modesto se encargaba de la máquina de café, de la marca Campeona, y lo elaboraba con leche al estilo cubano. D. Mamerto, D. Santiago y D. Ramón tenían a su cargo el bar. En el restaurante trabajaba de cocinero D. Pedro Betancor, y servía toda clase de comidas, desayunos y meriendas. Una de sus especialidades era el mantecado, que al parecer estaba para chuparse los dedos. De esta manera tan creativa se anunciaban en la prensa: “No hay nada tan positivo como una buena comida; el que come mucho y bien tiene segura la vida. Para ello no olvide nunca esta recomendación: coma en Nuevo Miramar y se dará un atracón”. El mobiliario había sido fabricado con exquisito gusto por D. Manuel Macías, un carpintero de renombre en el Puerto de la Luz, que tenía su taller muy cerca de allí.

 LA CALLE "LA NAVAL" Y EL MUELLE

En el bar servían cerveza fresca, y disponían de un amplio surtido de bebidas nacionales y extranjeras, y de una radio Patterson para deleite de los clientes. Toda una modernidad. La marca Patterson estaba representada en nuestra ciudad por D. Francisco Ruiz, y a la venta en el Bazar Onuba, situado en el número 6 de la calle Cano. Cada noche giraban el dial para sintonizar emisoras americanas, mientras servían ron San Carlos, una de las bebidas más solicitadas, por ser barata, digestiva… pero sobre todo barata. Si querías tabaco no tenías más que ir al establecimiento de al lado. Allí estaba la tabaquería Salón Imperial, propiedad de José Vega, cuyo producto estrella era el cigarrillo Chesterfield. Y esta es, a grandes rasgos, la historia del “Nuevo Miramar”, un establecimiento señero que servía en los años treinta el mejor café de la ciudad. Crónica destilada a partir de unas letras que llevan ahí ochenta y cuatro años y que vi un día por casualidad.

“El Visor“, Sendero del Cubo de la Galga: Puntallana (La Palma).”, D. Alberto Suárez; y “El Tintero: Sí Agustín”, Dª. Marie Yuset

El Heraldo de Vegueta 13