El 26 de julio, se publicó en su web y hoy lo publicamos en el Rincón de Julio Antonio Rodríguez Hermosilla sobre LOS SECRETOS DEL ATERRIZAJE DEL HARRIER

Han tenido que pasar 34 años para que se conozca, qué ocurrió realmente y se desvela que el piloto del caza que se posó sobre el carguero ARRAIGO, con destino a Santa Cruz de Tenerife, no tenía suficiente formación. La comisión de investigación que puso en marcha Reino Unido para desvelar las razones por las que el avión “Harrier”, de la Marina británica, acabó sobre un carguero español  ha descalificado los documentos. Según adelantó ABC, las conclusiones de la comisión de investigación aseguran que, el piloto solamente tenía el 75% de la formación necesaria para pilotar un cazabombardero. Perdido, dio vueltas en el aire y se quedó sin combustible a la altura de Oporto. A pesar de las llamadas que realizó no obtuvo respuesta, momento en el que divisó el barco español y optó por posarse sobre él.

La sorpresa fue tanto para el mismo piloto como para la tripulación del mercante.  El 6 de junio de 1983, en torno a las 23:00 horas, cuando se encontraban a unas 120 millas al sudoeste de la costa de Oporto (Portugal), los trabajadores del barco se quedaron atónitos cuando vieron aparecer de la penumbra un caza de la Royal Navy británica. Durante unas maniobras, había despegado en misión de reconocimiento nocturno el “Harrier”, que algunos meses antes había servido en la Guerra de las Malvinas. El caza procedía del portaaeronaves HMS ILLUSTRIUS. Durante el vuelo, se dijo que algunos sistemas eléctricos y de navegación fallaron, lo que dejó al piloto volando casi a ciegas, sin posibilidad de encontrar el portaviones y sin autonomía para alcanzar tierra firme.

El piloto, Ian Watson, posó el caza en la cubierta sobre unos contenedores. Se deslizó al estar mojado y se apoyó finalmente sobre una furgoneta que formaba parte de la carga y que iba destinada a ser coche de reparto de una floristería en la capital tinerfeña. Watson comprobó que todo estaba en orden, se bajó del avión y se presentó a la tripulación. Aunque los británicos exigieron al capitán del barco español, que había partido dos días antes de Bilbao, que diera marcha atrás en su travesía a Santa Cruz de Tenerife y se dirigiera a Portugal y entregara allí el avión, el capitán consideró que debía cumplir con sus horarios y ordenó afianzar el caza a la cubierta y continuar rumbo a Tenerife.

El día 9 de junio, tres después del aterrizaje forzoso, centenares de curiosos se agolparon en el muelle chicharrero para recibir al Arraigo y su insólita carga. Lo sucedido, sin embargo, no acabó ahí. De inmediato se produjo una crisis diplomática entre España y Reino Unido, ante la negativa de la naviera española a devolver el caza. La naviera pedía un mínimo de casi 50 millones de euros (300.000 euros) para devolver el aparato. El Gobierno británico se había comprometido a abonar tres millones de pesetas (unos 18.000 euros) a cada uno de los tripulantes por los riesgos que el aterrizaje supuso para todos ellos, una cantidad que se acercaba a lo que pretendía la naviera.

Sin embargo, la falta de garantías en el pago por parte de los británicos provocó un desencuentro que hizo que el caza permaneciera sobre el carguero mientras sus trabajadores amenazaban con encadenarse a él como medida de protesta. Las quejas de los tripulantes pasaron a dirigirse contra el Gobierno español por no presionar al británico y exigirles que devolvieran el aparato. El gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife tuvo que mediar y aconsejó al capitán del Arraigo la entrega inmediata del avión para evitar el uso de la fuerza. El día 15 de junio, a las 15:00 horas y tras días de intensas negociaciones, la compañía auxiliar del Puerto de Santa Cruz de Tenerife depósito el Harrier en la cubierta del petrolero inglés BRITISH. La aeronave fue reparada y puesta en servicio nuevamente. Actualmente está expuesto en el “Newark Air Museum de Winthorpe” en el Reino Unido.